sábado, 14 de julio de 2012

TEOLOGÌA

La teología (del griego: θεος theos 'Dios' y λογος logos: estudio, el estudio de Dios) es el estudio y conjunto de conocimientos acerca de la divinidad.

Este término fue usado por primera vez por Platòn en la Reoublica para referirse a la comprensión de la naturaleza divina por medio de la razón, en oposición a la comprensión literaria propia de sus poetas coetáneos. Más tarde, Aristoteles empleó el término en numerosas ocasiones con dos significados:

    Teología al principio como denominación del pensamiento mitológico inmediatamente previo a la filosofìa, en un sentido peyorativo, y sobre todo usado para llamar teólogos a los pensadores antiguos no-filósofos (como Hesiodo).
    Teología como la rama fundamental y más importante de la Filosofía, también llamada filosofía primera o estudio de los primeros principios, más tarde llamada Metafísica por sus seguidores y que para distinguirla del estudio del ser creado por Dios, nace la filosofía teológica que se la denomina también teodicea o teología filosófica. (véase Teodicea).

San Agustín tomó el concepto teología natural (theologia naturalis) de la gran obra «Antiquitates rerum divinatum», de Marco Terencio Varrón, como única teología verdadera de entre las tres presentadas por Varrón: la mítica, la política y la natural. Sobre ésta, situó la teología sobrenatural (theologia supernaturalis), basada en los datos de la revelación y por tanto considerada superior. La teología sobrenatural, situada fuera del campo de acción de la Filosofía, no estaba por debajo, sino por encima de ésta, y la consideraba su sierva, que la ayudaría en la comprensión de Dios.

Teodicea es un término empleado actualmente como sinónimo de teología natural. Fue creado en el s. XVIII por Leibniz como título de una de sus obras: «Ensayo de Teodicea. Acerca de la bondad de Dios, la libertad del hombre y el origen del mal», si bien Leibniz se refería con teodicea a cualquier investigación cuyo fin fuera explicar la existencia del mal y justificar la bondad de Dios.

Para Clemente de Alejandría, la teología indica el «conocimiento de las cosas divinas». Para Orígenes expresa la «verdadera doctrina sobre Dios y sobre Jesucristo como Salvador». Corresponde a Eusebio el privilegio de haber aplicado por primera vez el atributo theologos a Juan Evangelista, ya que en su evangelio escribió una «eminente doctrina sobre Dios». A partir de él, la Iglesia Católica afirma que la teología indica la verdadera doctrina, en oposición a la falsa doctrina que enseñaban los paganos y los herejes.

El término teología es una palabra compuesta que, en su significado literal, puede indicar un hablar de Dios, o bien un discurso sobre Dios. Si en términos generales la teología es una reflexión sobre Dios (y en este sentido existe también una teología filosófica), en el sentido más corriente de la Iglesia Católica es una reflexión que intenta conocer y comprender la fe a partir de la razón. Así pues, la teología presupone la fe como fundamento experiencial e intenta en ella y a través de ella el conocimiento y la comprensión de la fe. En otras palabras, es una actividad intelectual, metódica y crítica que presupone la adhesión a la fe católica. Para indicarla sintéticamente, se resume a menudo a la fórmula de San Anselmo: "Fides quaerens intellectum": "La fe busca entender" (la teología es la voluntad de la fe de comprender).2

La constitución del saber teológico

En la constitución del saber teológico pueden indicarse su objeto, sus fuentes y su lugar. El «objeto» de la teología es Dios —de manera directa—, y el mundo y el hombre a la luz de Dios. Las «fuentes del conocimiento teológico» y sus criterios de verdad son la razón humana y la revelación divina, de manera privilegiada. El «lugar» de la teología es la Iglesia como comunidad de fe y de cristianismo.

De aquí deriva que la Iglesia con la asistencia del Espiritu Santo autoridad para establecer de forma autorizada criterios para la reflexión teológica. Según la Iglesia, la investigación y el trabajo teológico se inscriben dentro de un saber racional (filosofia) y que complementado por la fe (Teologìa) elevan al hombre al saber supremos del conocimiento de Dios.

La Teología se pregunta acerca de la naturaleza, las propiedades y la esencia de Dios usando como fuente la Revelación y como método la lógica trinitaria. La Iglesia fundamenta la Teología sobre dos misterios aceptados por todas: El Misterio Trinitario y el Misterio Cristológico.

El misterio Trinitario es la doctrina que explica la existencia de un solo Dios en tres personas diferentes e identificables: Padre, Hijo y Espíritu Santo; La teoría del tres en uno."La pluralidad en una unidad".

El misterio Cristológico es la entera vida de Jesucristo, -la segunda Persona o el Hijo-: Su nacimiento, pasión, muerte y resurrección, por la que reconcilia a los hombres con Dios Padre. Además, la teología se dedica también al estudio de otras cuestiones:

Eclesiología: sobre el papel de la Iglesia misma dentro del plan de la Salvación.

Escatología: trata sobre el destino último de la Iglesia, así como de las realidades últimas de cada persona como de la humanidad en general.

En el medioevo surgieron múltiples cismas en torno a la naturaleza de Cristo y en referencia a la virginidad de María (Mariología). En tal circunstancia la Iglesia con la asistencia del Espíritu, proclamó los principios del dogma, verdad revelada.

Historia

El primer milenio está caracterizado por la unidad entre el saber teológico y el ministerio pastoral de los obispos. Los teólogos son los grandes doctores de la Iglesia. Y éstos, con algunas excepciones, son obispos. El magisterio del obispo se desarrollaba siendo teólogo y viceversa; poniendo de manifiesto la unidad y la complementariedad de las dos funciones. La teología era considerada como comentario y esfuerzo de penetración en la Palabra de Dios para poderla vivir concretamente.

En Occidente, es sobre todo Agustín el que mantiene con vigor el sentido religioso de teología: se comprende la teología como el esfuerzo por penetrar cada vez más en la inteligencia de la Escritura y de la Palabra de Dios. Anselmo de Aosta avanza en la comprensión de la teología y crea el principio básico de la teología: quaero intelligere ut credam, sed credo ut intelligam (busco entender para creer, pero creo para poder entender).

La aparición de las primeras universidades en el siglo XII y el comienzo de la distinción en los estudios escolásticos llevará a la teología a convertirse en cuestionamientos y sentencias sobre la fe. Se convierte así en una forma de conocimiento racional del «dato revelado». Lo que la fe acoge como don, la teología lo explica utilizando las leyes de la comprensión racional. Los teólogos se identifican con los grandes maestros de las universidades y las órdenes monásticas se convierten en la cuna privilegiada para su formación. La identificación entre obispo y teólogo es ya sólo una excepción. La doctrina crece en la comprensión gracias a la ayuda de la razón, pero, sin embargo, comienza la primera gran división entre las escuelas teológicas, es decir entre modos distintos de comprender y explicar la misma fe.

Se percibe una acepción particular de la palabra «teólogo» a partir del siglo XIX. La teología, comprendida casi exclusivamente como justificación de la doctrina del Magisterio, identifica al teólogo como a aquel que apoya esta doctrina (del Magisterio) tanto a la luz de los principios teóricos de la filosofía como en el plano de la investigación histórica. De todas formas, su función se ve reducida a la de comentador.

El Concilio Vaticano II (1962-1965) ha promovido una teología más animada por la Escritura (DV 24) y más en contacto con la vida eclesial. Así pues, la teología sigue estando anclada en la revelación como fundamento suyo y a la fe como su inteligencia crítica, para que la vida de fe del creyente pueda ser motivada y significativa.

Suma teologica