TEMA 1: NATURALEZA DE LA TEOLOGÍA
1.1. Definición y Objeto de la
Teología.
1.2. Fe y Teología.
1.3. La Teología como ciencia.
1.4. Método propio de la teología: las
fuentes teológicas.
1.5. Teología positiva y Teología
especulativa.
1.6. Unidad de la teología y pluralidad
de disciplinas teológicas.
1.7. La Teología y la misión de la
Iglesia: inculturación de la fe y evangelización.
A) DESARROLLO
1.1. Definición y Objeto de la
Teología.
a) Definición: el término Teología es
de origen griego, y etimológicamente significa: tratado, ciencia de Dios. El
término comienza a utilizarse por los cristianos a partir de Eusebio de
Cesarea. A partir de entonces será entendido como la exposición metódica y
estructurada de la Revelación.
La teología trata de comprender y
ahondar en las verdades reveladas a la luz de la razón iluminada por la fe.
O mejor, la podríamos definir como: la
ciencia en la que la razón del creyente, guiada por la fe teologal, se esfuerza
en comprender mejor los misterios revelados en sí mismos y en sus consecuencias
para la existencia humana.
b) El Objeto: el interés de la teología
se centra en Dios y su actividad salvadora en Jesucristo. Es por definición una
ciencia teocéntrica y trata a Dios bajo la razón de deidad. Pero la teología no
busca una formulación de la verdad divina en sí misma, sino su exposición y
desarrollo para los hombres.
La teología se diferencia de la
teodicea, que es el conjunto de conocimientos que el hombre puede llegar a
tener de Dios sin ayuda de la Revelación sobrenatural y se limita a estudiar la
existencia, el ser y atributos divinos. La ciencia teológica estudia el ser de
Dios, en la medida en que puede alcanzarlo. No olvida nunca que Dios es un
misterio, no es un objeto del que se pueda dar información como de otros seres.
Que la teología es la ciencia de Dios significa que todo se trata en ella
principalmente desde el punto de vista divino. La distinción tradicional es la
siguiente:
1) Objeto material - Es la realidad de
la que propiamente se ocupa la Teología. El objeto es Dios y todas las
realidades por El creadas y gobernadas por su designio salvador. El objeto
material primario o principal es Dios y el objeto secundario son todas las
cosas creadas en cuanto ordenadas a Dios.
2) Objeto formal, indica el punto de
vista. Uno es el objeto formal "quod": lo que es propio de Dios.
"Deus sub ratione Deitatis" y el objeto formal "quo"
designa la luz intelectual bajo la que el objeto es considerado. En este caso,
la razón iluminada o guiada por la fe.
1.2. Fe y Teología.
Decimos que a las verdades de la
Revelación podemos acercarnos a través de la fe, en cuanto que los contenidos
de la Revelación son creíbles (ut credibilia); y por medio de la Teología en
cuanto esas verdades reveladas son inteligibles (ut intelligibilia), como
susceptibles de una comprensión cada vez mayor.
La fe es asentir a una verdad en cuanto
digna de ser creída. Lo propio de la Teología es analizarla. El motivo formal
de la fe es la autoridad de Dios que revela; el de la Teología, es la
percepción por la razón de la inteligibilidad de lo creído. La fe es siempre
presupuesto absoluto de la Teología. De modo que la Teología se debe hacer
desde dentro y a partir de la fe, y es así algo más que una simple reflexión
racional sobre los datos de la revelación. Por eso afirma S. Agustín:
"intelligere ut credas, credere ut intelligas" (has de entender para
creer y has de creer para entender).
S. Anselmo de Canterbury entiende la
Teología como "fides quarens intellectum"; la fe que busca entender,
no por curiosidad sino por amor y veneración al misterio. El creyente no
discute la fe, pero manteniéndola firme busca dar razones del por qué de la fe.
Por tanto, la Teología es desarrollo de
la dimensión intelectual del acto de fe. Es una fe reflexiva, fe que piensa,
comprende, pregunta y busca. Trata de elevar, dentro de lo posible el credere
al nivel del intelligere. El Teólogo se apoya en el conocimiento de Dios por la
fe, en la razón humana y en sus adquisiciones ciertas. Entonces, con todo esto,
el Teólogo intenta ordenar e interpretar los datos que son objeto de fe, de
modo que se vea su unidad tal como Dios lo ha dispuesto.
1.3. Teología como ciencia.
Para mostrar el carácter científico de
la teología, antes hay que delimitar el concepto de ciencia. A lo largo de la
historia se han dado diversos modos de entender el concepto de ciencia.
Si entendemos por ciencia solamente
aquella disciplina caracterizada por una aproximación a la verdad (con un
método y un poder sobre lo real) ligado a una exactitud dirigida y verificada
por una experimentación, ciertamente la Teología no es una ciencia, puesto que
lo científico sería sólo lo verificable.
Pero si entendemos como ciencia aquella
disciplina que pueda probar un objeto con un método propio y pueda desembocar
en condiciones que se puedan comunicar a otros; en este sentido se podría
hablar de ciencia canónica, ciencia bíblica y ciencia teológica.
Los esfuerzos más amplios para fundamentar
el carácter científico de la Teología se desarrollan a lo largo del siglo XIII
y Santo Tomás de Aquino se enmarca dentro de los grandes exponentes de su
carácter científico.
Santo Tomás adopta el concepto
aristotélico de ciencia y trata de demostrar que no es ajeno a la Teología,
basándose en dos argumentos:
1. Normalmente la ciencia tiene
evidencia de sus principios. Pero hay ciencias cuyos principios vienen de otra
ciencia superior que consigue demostrar la evidencia de aquellos principios.
Por tanto, hay ciencias que se basan en unos principios dados por otras
ciencias superiores, siendo evidentes en tales ciencias. Aquellas ciencias se
llaman ciencias subalternas.
La Teología es una de estas ciencias
subalternas que se basan en unos principios, cuya evidencia no la demuestra la
Teología: son las verdades de fe. Sin embargo, hay una ciencia, superior a la
Teología, para la cual los principios sí son evidentes: es la ciencia de Dios.
En efecto, la visión directa de los misterios, existe en Dios y en los
bienaventurados, con quienes la fe nos pone en comunión.
Concluimos que la Teología es una
ciencia , una ciencia subalterna a la ciencia de Dios.
2. También cobra razón de ciencia
cuando logra construir racionalmente lo revelado donde determinadas verdades se
presentan religadas unas a otras como a su principio. Es decir, la Teología es
una ciencia porque hay verdaderas conclusiones que parten de unos principios,
de modo que resulte que ambas (conclusiones y principios) sean igualmente
reveladas. Es decir, es ciencia porque logra obtener unas conclusiones a partir
de unos principios revelados.
Se llega a conclusiones más allá de lo
revelado formalmente por una elaboración teológica. Si esto no fuera así, no
podríamos salir del Kerigma y nos perderíamos gran cantidad de verdades
secundarias que parten de un desarrollo racional de la revelación y que, por
tanto, también son verdades[1].
La teología identifica y tiene en
cuenta los principios revelados de los que parte en su reflexión; circunscribe
con precisión en su campo de estudio; procura atenerse a una metodología
rigurosa y cada vez mejor comprobada en su coherencia interna; se esfuerza en
mostrar la homogeneidad y corrección en el modo de derivar los datos obtenidos
a partir de los principios; los conocimientos que obtiene son comunicables de
manera sistemática.
1.4. Método propio de la Teología: las
Fuentes Teológicas.
El método que la Teología utiliza se
suele desarrollar en tres etapas: (1) fijar los datos de la Revelación; (2)
determinar las cuestiones que esos datos suscitan, en sí mismos o en relación
con la experiencia creyente del hombre y del mundo;(3) reflexión sobre los
datos. De modo que la Teología se encuentra con una variedad de opciones
metodológicas concretas.
El método teológico ha de partir de una
recta concepción de la teología como fe que busca entender, lo cual exige a su
vez la realidad de Dios que actúa en la historia. Debe reconocer asimismo la
capacidad de la razón para conocer la Verdad y penetrar el sentido último de
las cosas con la ayuda divina. Y ha de aceptar una filosofía que acepte la
realidad del mundo.
La concepción y aplicación adecuada del
método teológico puede regirse por los siguientes criterios:
- No existe un paradigma metodológico
único que pueda o deba considerarse la forma científica de la teología.
-Todo método teológico comprende el
auditus fidei y el intellectus fidei.
-Todo método contiene aspectos falibles
y provisionales, que, llegado el momento, deben ser superados. Suele progresar
por enriquecimiento de lo anterior o por la sustitución de esquemas operativos.
- En el método teológico no se pueden
separar, formal y asépticamente, modo y objeto. Ambos son correlativos e
inseparables.
- El objeto no es nunca en teología un
producto del método.
- El método teológico incluye
necesariamente la consideración de la incidencia de la doctrina cristiana en la
vida del creyente, de la comunidad y de la sociedad eclesial.
El teólogo sin olvidar la idea de
Misterio que preside sus investigaciones, debe de dar actualidad a los
experimentado directamente por los discípulos de Jesús. Se inserta por ello en
el camino de la Tradición e intenta luego reexpresar la Verdad fundante que ha
tomado de la Iglesia. Encuentra así respuesta a cuestiones viejas, reformula
otras, y otras las elimina por considerarlas vacías.
Las fuentes de la Teología son, la
Sagrada Escritura, la Tradición de la Iglesia y el Magisterio auténtico. De
algún modo puede considerarse también la Historia.
1. La Sagrada Escritura es la Palabra
de Dios, en cuanto escrita por inspiración del Espíritu Santo[2]. La Escritura
debe ser el alma de la Teología[3] y es la base de las afirmaciones
teológicas. Por eso la exégesis hace posible una profundización y un
rejuvenecimiento de la Teología.
Sin embargo, la S.E. debe estar unida a
la Tradición para entregar el recto sentido de los textos.
2. La Tradición refleja la vida
intelectual, orante y litúrgica de la Iglesia. Es anterior a la Escritura misma
y mantiene con ella una profunda relación. Está formada por un conjunto de
testimonios que dan razón de la fe de la Iglesia.
La Tradición y la Escritura están
estrechamente unidas, manan de la misma fuente. La Iglesia no saca
exclusivamente de la Escritura la certeza de lo revelado, porque la Tradición
recibe la Palabra de Dios (encomendada por Cristo y el Espíritu Santo a los
apóstoles) para que ellos (iluminados por el Espíritu) la conserven, expongan y
difundan[4].
Los lugares donde podemos encontrarla
son los escritos de los Santos Padres, Actas de mártires, autores místicos,
enseñanzas de las conferencias episcopales, la legislación canónica, sensus
fidelium, etc.
3. Magisterio. Le ha sido encomendado
el oficio de interpretar auténticamente la Palabra de Dios, oral o escrita, y
lo ejerce en nombre de Jesucristo[5].
En virtud del mandato recibido de
Cristo y por un don especial del E.S,, el Magisterio tiene la misión de
conservar el depósito de la fe en toda su integridad. Lo protege del error y
juzga con autoridad las interpretaciones de la revelación que ofrece la
Teología y él mismo ofrece consideraciones y desarrollos en torno a la fe.
Así, la Tradición, la S.E., y el
Magisterio están tan unidos que ninguno puede subsistir sin los otros[6].
Por último, aunque el recurso a la
Historia no es propiamente una fuente, sí es cierto que puede ayudar mucho en
cuanto que puede colaborar a entender mejor cómo esas verdades se interpretan y
viven dentro de la Iglesia con el transcurso del tiempo.
1.5. Teología Positiva y Teología
Especulativa.
La Teología positiva es la ciencia del
contenido integral de la Revelación, que intenta determinar y trazar toda la
historia documental del objeto creído en su revelación, su transmisión y su
proposición. Desea conocer el cuerpo o la forma externa del dato revelado, con
el estilo metódico y exhaustivo que es propio de las ciencias positivas. Lo
hace para llegar a una inteligencia más honda de la Palabra de Dios.
Trata de responder a la siguiente
pregunta, ¿cuál es exactamente la verdad revelada por Dios? Procura determinar
y establecer lo que Dios ha revelado y cómo lo ha revelado, si lo ha hecho
directamente o indirectamente, de modo explícito o implícito, con expresiones
oscuras o claras. Y porque las doctrinas reveladas no se encuentran siempre con
la misma nitidez, suele ser necesario un trabajo de interpretación de términos
y expresiones.
Teología especulativa: Profundiza en
las verdades reveladas, muestra su inteligibilidad, la conexión y armonía que
reina entre ellas, sirviéndose de la ayuda de las ciencias humanas.
- Lleva a una comprensión más honda del
dato revelado, pero no debe ser confundida con una simple especulación; no es
la aplicación de una filosofía técnica a la comprensión de la doctrina revelada
sino que la Teología especulativa cae bajo el control y la luz del misterio de
salvación. No es una superestructura de la Teología positiva, sino que el
pensamiento especulativo se encuentra englobado en la Teología positiva. El
dato de fe no es únicamente el punto de partida; es el principio vital que la
anima a lo largo de todo su recorrido de reflexión creyente.
La posibilidad de la Teología
especulativa se basa en una epistemología realista: la doctrina revelada
presupone que la mente humana se ordena a la verdad y es capaz de conocer a
Dios de manera limitada pero cierta.
Para esto, cobra gran importancia el
tema de la analogía. Nos permite hablar de Dios de modo que nuestro lenguaje
tenga sentido. Algo podemos decir de Dios aunque no se le puede aplicar
unívocamente.
La Teología especulativa acomete dos
grandes tareas: comprender y organizar el dato revelado.
1. Comprende lo mejor posible el dato
revelado. No quiere decir que los misterios puedan ser demostrados o asimilados
como si fueran datos totalmente evidentes. Sino que es la búsqueda del sentido
preciso que se encierra en la fe y la relación de los misterios entre sí.
2. Trabajo sistemático: la Teología
procura exponer con rigor los preámbulos de la fe (mostrar que la fe, aunque no
sea evidente, no es absurda). Presentar una síntesis de los misterios de la fe (de
modo que se muestre lo mejor posible la unidad y coherencia de la doctrina
revelada). Y relacionar sus datos y conclusiones con el mundo de la ciencia y
la cultura.
1.6. Unidad de la Teología y Pluralidad
de las Disciplinas Teológicas.
La unidad de la fe y la teología no
sólo son compatibles con una diversidad de disciplinas, sino también con la
existencia de modos diversos de llevar a cabo la labor teológica en la Iglesia.
La teología puede y debe ser una y plural al mismo tiempo. La riqueza y hondura
del misterio revelado son tantas que no podrán reflejar en un único sistema
teológico ni estudiarse con un solo tipo de especulación.
Puede decirse que el pluralismo
teológico encuentra su fundamento en la Sagrada Escritura, de modo que la
pluralidad teológica se halla presente en el Cristianismo. El uso de
instrumentos conceptuales y filosóficos específicos ha determinado también
teologías diferentes y por eso la teología cristiana presenta a lo largo de la
historia abundantes manifestaciones de pluralismo.
La unidad de la Teología dentro de la
pluralidad de sus disciplinas, viene garantizada por el hecho de que todas
tienen el mismo objeto formal que es Dios que se revela en Cristo.
La división de las diferentes
disciplinas teológicas va apareciendo progresivamente. Se pueden dividir en
tres grupos:
A. Disciplinas histórico-bíblicas:
1. Historia - estudia la influencia de
la Revelación en el mundo después de Cristo.
2. Ciencia bíblicas - investigan la
producción de la Revelación divina, su historia y su contenido en la Sagrada
Escritura.
B. Teología Sistemática:
1. La Teología Dogmática - expone
sistemáticamente las realidades que se nos han manifestado en la Palabra de
Dios. Trata las verdades fundamentales de la fe.
2. La Teología Moral - interpreta científicamente
las normas prácticas contenidas en la Revelación.
3. La Teología Espiritual - estudia la
vida cristiana como realidad dinámica. Se preocupa de los actos por los que el
hombre entra en relación con Dios. También de los medios que hacen posible o
facilitan dicha relación.
C. Teología Práctica:
1. Liturgia - describe el modo en que
la obra de Cristo es actualizada en la Iglesia.
2. Derecho Canónico - expone el orden
dado por Cristo a la Iglesia en cuanto pueblo de Dios y desarrollado por ella
misma.
3. Teología Pastoral - explica el arte
de formar a los hombres conforme a su carácter de hijos de Dios y de llevarlos
hasta la última plenitud celestial.
Previa a estos tres grupos está la
Teología Fundamental (disciplina que muestra la factibilidad de la Revelación,
demostrando con ello la racionalidad de la Fe).
Los tres grupos arriba señalados, se
necesitan unos a otros, se relacionan recíprocamente de modo que ninguno de
ellos puede subsistir sin los demás.
1.7. La Teología y la misión de la
Iglesia: inculturación de la fe y evangelización.
La piedad y la formación están muy
unidas entre sí y con el ejercicio del apostolado. "No es ciencia en
absoluto, si no tiene ningún valor para la piedad (...) y carece de valor toda
piedad falta de la capacidad de discernimiento de la ciencia" (San
Gregorio Magno).
Este estudio, profundización en la
ciencia teológica, tiene también un gran valor evangelizador, como se recordó
en el último Concilio en el Decreto sobre el Ecumenismo, pues al profundizar en
lo revelado se pone más de manifiesto el atractivo y el valor de la verdad
sobre Dios, el hombre y el mundo, que sólo la Iglesia Católica posee
completamente y sin mezcla de error. Toda la teología para que sea auténtica
tiene que ser esencialmente evangelizadora, pues sólo en obediencia al mandato
de Cristo la Iglesia puede llevar a los hombres de hoy la luz de la fe. El
estudio serio y científico de la fe es Teología, puesta al servicio de la
Evangelización.
La Iglesia en su misión evangelizadora,
se encuentra con diversas manifestaciones culturales, que debe purificar y
adoptar aquellos valores legítimos que resultan ser eficaces para la
transmisión de la verdad revelada.
B) RESUMEN
Al estudiar este tema hay que tener en
cuenta primeramente la definición que se ofrece y especificar bien las
distinciones hechas en torno al objeto de la Teología.
En la relación entre la fe y la
Teología hay que decir que la fe esencialmente es asentir a una verdad en
cuanto digna de ser creída, fiándose de la autoridad del que revela; lo propio
de la Teología es analizarla y su motivo formal radica en la razón de
inteligibilidad de lo creído. La Teología se debe hacer desde dentro de la fe.
El carácter científico de la Teología
no debe pretender encontrarse como es el caso de las ciencias experimentales.
Decimos que toda ciencia parte de unos principios, en el caso de la Teología
los encontramos en la fe. Pero hay una ciencia superior a la Teología que se
puede llamar la Ciencia de Dios. Por eso la Teología es una ciencia subalterna,
en cuanto que sus principios son revelados, provienen de la ciencia de Dios. Su
carácter científico es más palpable a nosotros, en cuanto que su misión
esencial es construir racionalmente lo revelado. En cuanto al método propio,
hay que partir afirmando que el quehacer teológico debe de partir de una recta
concepción de la teología como fe que busca entender y a partir de aquí se
enumeran los diversos aspectos que debe de tener en cuenta para el desarrollo
de su quehacer con un método apropiado. La diferenciación entre teología
positiva y especulativa es una cuestión clásica que no puede ser ignorada.
C) BIBLIOGRAFÍA
Introducción a la Teología (José
Morales).
Documentos del Magisterio eclesial
No hay comentarios:
Publicar un comentario