La espiritualidad e inmortalidad del alma en el Magisterio
de la Iglesia Católica
A. La razón
La espiritualidad y como consecuencia la inmortalidad del
alma es una verdad alcanzable por la razón. El camino más riguroso es que recorre
la filosofía primera. Como es sabido así denominó Aristóteles al saber que se
inicia en la experiencia común y se remonta a las causas del ser de los entes
empíricamente conocidos.
El empirismo, (Locke, Hume, etc. ...), reduce el
conocimiento a percepciones procedentes de la unificación y elaboración de las
sensaciones. Las ideas se reducen a asociación de percepciones semejantes. El
empirismo permanece en ese orden de representación de sensaciones, de
elaboración y asociación de percepciones -las estudia muy detenidamente-, sin
admitir que se transpase ese nivel.
Gran parte de las explicaciones antropológicas
materialistas, conductistas, etc., actuales, se resumen en empirismo. También
lo que podríamos llamar el "empirismoneurológico", reduce
abiertamente el conocimiento intelectual a los fenómenos neurológicos, e
identifica el origen de las operaciones intelectuales con su localización
cerebral.
La filosofía primera descubre la insuficiencia radical del
empirismo, por más que sus estudios puedan resultar útiles, siempre que se
integren en un conocimiento más amplio, asequible a la razón, de la realidad.
La neurología establece nexos de causalidad a nivel de fenómenos y por tanto
progresa en la medida en que esos fenómenos son conocidos con mayor
profundidad. La filosofía sigue nexos de causalidad a nivel de ser. De ahí que
haya podido establecer verdades ciertas y definitivas aun con un conocimiento
muy imperfecto -o incluso errado- del funcionamiento del cerebro.
Analizando la operación del conocimiento intelectual, la
metafísica sabe que el término de aquella es siempre un concepto universal. El
cual, no puede proceder de asociación o unificación de percepciones semejantes,
aunque fuesen muchas -como pretende el empirismo- ya que las sobrepasa todas:
expresa la esencia de todos los entes incluidos en esos conceptos conocidos o
no. No está por tanto en un nivel de
representación, por complejo que este lo hiciese. Esto es lo que se
niega a querer ver un empirista.
La potencia cognoscitiva, al realizar el conocimiento
propiamente intelectual, el universal, no superaría la representación si en algún momento no se independiza de
cualquier materialidad. Aunque sean actos realizados en unión sustancial con el
cuerpo, porque se sirvan de éste y se reflejen en los actos del conocer.
Así, S.Th., I,75,2, dice: «el principio de intelección
llamado mente o entendimiento, tiene una operación propia en la cual no
participa el cuerpo. Ahora bien, este modo de actividad es propio de una
realidad subsistente, pues el obrar responde al ser en acto».
La espiritualidad del alma implica también su inmortalidad.
La muerte es propia sólo de los entes materiales, susceptibles de corrupción,
de separación de partes. El alma, por naturaleza no puede morir ya que no
depende de lo corpóreo en su ser (es subsistente).
B. La Revelación
Estas verdades, aunque sean de razón y hayan sido de hecho
alcanzadas siempre por el hombre, por su importancia religiosa han sido también
objeto de revelación. Ya en el V.T. hay una revelación clara aunque progresiva
de ellas. Así, cuando el V.T. usa el término nefés (psique (griego) – anima
(latín) - alma), aunque con frecuencia suele designar con él al hombre
completo, abundan las ocasiones en que se predican del nefés humano los
contenidos del alma espiritual e inmortal. Esta revelación progresiva llega sin
rupturas a través del Libro de la Sabiduría hasta el N.T. En los Sinópticos
-por ejemplo Mt 10, 28- están ya expresados los conceptos transmitidos luego
por los Padres. Desde el principio hay tradición de esta fe.
Así, el Damasceno, resumiendo la Tradición, dice:
"anima est vivens, simplex, incorporea substantia, corporis oculorum
suapte natura invisibilis; inmortalis, rationalis et inteligens". La
antropología cristiana no depende pues del platonismo helénico, como pretenden
algunas teorías contemporáneas. Su contenido procede de la revelación.
C. La convicción
En la espiritualidad e inmortalidad del alma, y en la unidad
sustancial del compuesto humano, es lo que ha inspirado toda la investigación
doctrinal en la antropología cristiana hasta llegar a la tesis de Sto. Tomás
sobre el alma espiritual corno una forma
que posee y confiere la sustancialidad al hombre. El alma comunica al
cuerpo el acto de ser; el mismo acto de ser con que ella subsiste. Y por ello, como
el acto de ser (la persona) de todo el hombre es el mismo acto de ser del alma,
la persona permanece plenamente con el alma cuando ésta se separa del cuerpo
por la muerte.
Por otra parte, corno comunica al cuerpo el acto de ser a
modo de causa final y no de causa eficiente, la
unión alma y cuerpo no es violenta y forma una única naturaleza, un sólo
principio de obrar: hay un sólo sujeto.
D. El Magisterio de la Iglesia
Ha recogido toda esta doctrina. Ya el IV Concilio de
Constantinopla (año 870) se expresó así: "El Antiguo y el Nuevo Testamento
enseñan que el hombre -tiene una sola alma racional e intelectiva, y todos los
Padres inspirados por Dios y maestros de la Iglesia afirman la misma
opinión"(Dz. 338). El IV de Letrán (año 1215) enseña que el hombre está
constituido por la unión de espíritu y cuerpo, en un texto que fue recogido
exactamente por el Vaticano I: "Creator ccndidit creaturam...humanam,
quasi communem, ex spiritu et corpore constitutam" (Dz. 1783). "El
alma racional informa el cuerpo", afirma ya el Conc. de Viena (Dz. 480); y
lo reitera el IV Conc. de Letrán, haciendo suya la metafísica tomista: "el
alma es verdaderamente por sí y esencialmente la forma del cuerpo humano"
(Dz. 738). También la individualidad y la inmortalidad del alma han sido
afirmados por el mismo IV Conc. de Letrán (Dz. 738) al reprobar las teorías
averroistas de P. Pompozani.
El documento de la
Sagrada Congregación para la doctrina de la fe
Las cuestiones relativas a la Escatología han sido de las
más afectadas por las recientes controversias teológicas. Se acusa a la
teología clásica de ser una deformación de la verdadera revelación, por su
dependencia del dualismo platónico. Y se presentan las nuevas formulaciones
como un intento de "des-helenizar" la antropología cristiana y de
formularla de modo más acorde con la revelación bíblica. Una de las primeras
consecuencias fue suprimir en la antropología y escatología la palabra
"alma", que vino a ser considerada corno la expresión de un dualismo
helenista que había que eliminar de la teología. De este modo, la pervivencia
después de la muerte quedó radicalmente comprometida: Se niega en primer lugar
la subsistencia individual después de la muerte y antes de la resurrección,
eliminando la escatología intermedia. Las explicaciones que se dan equivalen a
afirmar la disolución de lo individual en lo cósmico; o recogen sin más la
teoría luterana de la "dormición" de las almas. Se cuestiona la
salvación como algo individual, presentándola como algo esencialmente colectivo
(se la describe como una "ciudad en fiesta", tomando expresiones del
Apocalipsis). La felicidad de cada bienaventurado no sería más que una
abstracción de la felicidad del oonjunto.
En la base de estas teologías se encuentran filósofos
materialistas, existenoialistas, empiristas…; además de las teorías
“desmitificadoras” de Bultmnann. Éstas comprometenlos fundamentos mismos de la
vida cristiana, por lo cual la Congregación para la Doctrina de la fe envió a
los Obispos la carta de 17.V.1979 : CONGREGACIÓN PARA LA DOCTRINA DE LA FE,
Carta sobre algunas cuestiones referentes a la escatología (17-V-1979). (Ver
también: COMISIÓN EPISCOPAL PARA LA DOCTRINA DE LA FE, Esperamos la
Resurrección y la Vida Eterna (26-XI-1995).
La noción cristiana de espíritu
La noción cristiana de espíritu no es un concepto puramente
negativo (inmaterialidad)' sino fundamentalmente positivo. En la visión que
tiene presente la creación de todo por Diosa la espiritualidad es la condición
de aquel ser creado para conocer y amar a Dios; la espiritualidad está
esencialmente finalizada a la unión personal individual con Dios (que por
designio gratuito es de hecho una ordenación sobrenatural a Dios en Cristo,
aunque podría haber tenido otra forma no sobrenatural).
Análogamente la noción cristiana de inmortalidad afirma la
vida que permanece no como un espacio vacío, que pueda ser llenado de cualquier
contenido. En la revelación, la vida es vida con Cristo. Los condenados no
resucitarán para la vida, sino para el juicio. Por tanto, si se afirma que en
cierto modo tienen vida, en realidad esa vida es algo negativo, es vida negada,
son la muerte eterna. Por todo esto podemos decir que la revelación y la
doctrina cristiana se expresan con toda propiedad cuando llaman vida eterna
únicamente a la vida con Cristo en Dios.
La individualidad del alma después de la muerte corporal del
hombre, podría plantear insalvables problemas metafísicos si se considerara
exclusivamente como una forma queha perdido el cuerpo que informaba. Pero el
alma no es sólo forma del cuerpo. El alma es la consecuencia de una creación
inmediata por parte de Dios, es decir, de una llamada creadora individual
(nomine tuo). Esa llamada, que se relaciona radicalmente con Dios es la que
concede el esse individual que el alma transmite al cuerpo al que informa.
Las operaciones del alma separada, que son la expresión y el
contenido de su vida, sufren un cambio radical al no disponer del cuerpo.
Los actos los realiza el alma con él
mediante de las especies que Dios mismo le da. No por ser concedidas por Dios
son sobrenaturales, pues son el modo propio, de su condición de criatura (Cfr.
S. Th. I, q.89, a.1ad 3)
J.S.- Arvo.net
BIBLIOGRAFÍA
MAGISTERIO
CONCILIO VATICANO II, Const. dogm. Lumen Gentium, nn. 48-51;
Const. past. Gaudium et Spes, nn. 18, 39.
Catecismo de la Iglesia Católica, nn. 668-682; 988-1060.
CONGREGACIÓN PARA LA DOCTRINA DE LA FE, Carta sobre algunas
cuestiones referentes a la escatología (17-V-1979).
COMISIÓN TEOLÓGICA INTERNACIONAL, Algunas cuestiones
referentes a la escatología (1990).
COMISIÓN EPISCOPAL PARA LA DOCTRINA DE LA FE, Esperamos la
Resurrección y la Vida Eterna (26-XI-1995).
Cuestionamientos:
Los Testigos de Jehová dicen que la vida corporal que
poseemos es lo mismo que el alma, por lo cual al morir, nuestro ser desaparece
y solamente queda en la memoria de Dios, hasta el día de la resurrección,
cuando El nos vuelva a la vida. Pero eso se contradice completamente con lo que
nos enseña la Biblia sobre el particular. Nosotros creemos que una parte
nuestra: alma o espíritu, llamémosla como mejor nos parezca, es inmortal y
perdura a nuestra muerte física.
Veamos los pasajes
bíblicos que fundamentan la doctrina católica sobre este punto:
Gn 5.24- Enoc anduvo con Dios hasta que Dios se lo llevó:
sencillamente desapareció. (Sir 49.14)
1 Sm 28.15- Samuel le dijo: ¿Por qué has molestado mi
descanso?
2 Re 2.11- Y Elías subió al cielo en un remolino.
Mal 3.23- Les voy a enviar al profeta Elías antes que llegue
el día de Yavé.
Sab 3.1-3- Las almas de los justos están en las manos de
Dios y ningún tormento podrá alcanzarlos. En
realidad, entraron en la paz.
Ecl 12.7- El polvo vuelve a la tierra de donde vino, y el
espíritu sube a Dios que lo dio.
Sir 48.10- Esta escrito que volverás (Elías) un día para
apaciguar la cólera.
Mt 10.28- ‘No teman a los que sólo pueden matar el cuerpo,
pero no el alma’.
Mc 9.4- Y se les aparecieron Moisés y Elías que hablaban con
Jesús. (Lc 9.30; Mt 17.3).
Lc 16.25- ‘Ahora él encuentra aquí consuelo y tú, en cambio,
tormentos’.
Lc 20.38- ‘El no es Dios de muertos, sino de vivos, y todos
viven por El’.
Lc 23.43- ‘Hoy estarás conmigo en el paraíso’.
Jn 8.56- ‘En cuanto a Abraham, se alegró pensando ver mi
día. Lo vio y se regocijó’.
1 Cor 15.6- Después se dejó ver por más de quinientos
hermanos juntos, algunos de los cuales ya han entrado en el descanso.
2 Cor 5.28- Por eso nos viene incluso el deseo de salir de
salir de este cuerpo para ir a vivir con el Señor.
2 Cor 12.2-4- Sé de un cierto creyente… que fue arrebatado
al paraíso.
Filip 1.23- Por una parte siento gran deseo de largarme y
estar con Cristo, lo que sería sin duda mucho mejor.
1 Tes 5,23- Que se digne guardarlos sin reproche en su
espíritu, su alma y su cuerpo hasta la venida de Cristo Jesús.
Heb 11.5- Enoc fue trasladado al cielo en vez de morir… Dios se lo había llevado.
Heb 12.23- A Dios,
juez universal, al que rodean los espíritus de los justos que ya alcanzaron su
perfección.
1 P 3.19-20- Entonces
(Jesús) fue a predicar a los espíritus encarcelados; me refiero a esas personas
que se negaron a creer en tiempo de Noé.
1 P 4.6 - El evangelio ha sido anunciado a muchos que
han muerto; … , a través del Espíritu viven para Dios.
Ap 6.9-10- Divisé debajo del altar las almas de los que
fueron degollados a causa de la palabra de Dios… Se pusieron a gritar con voz muy fuerte.
Ap 11.12- Entonces
una voz poderosa les gritó desde el cielo: ‘Suban’. Y subieron al cielo en
medio de la nube a la vista de sus enemigos.
Ap 14.3- Y nadie
podía aprender aquel canto, a excepción de los ciento cuarenta y cuatro mil que
han sido rescatados de la tierra.
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